Cualquiera que considere a una mascota como un amigo, un compañero, o un miembro de la familia, sabe el dolor intenso que acompaña la pérdida de ese amigo. A continuación te damos algunos consejos para ayudarte con este duelo, y para las difíciles decisiones que debes enfrentar ante la pérdida una mascota.
¿Es una locura sufrir tanto?
La pena intensa por la pérdida de una mascota es normal y natural. No permitas que nadie te diga que es una tontería, una locura el sentirte triste.
Durante los años que pasaron juntos (aunque no hayan sido muchos), tu mascota se ha consolidado como una constante en tu vida, y una parte significativa de la misma. Fue una fuente de compañerismo y de alegría, de amor incondicional y aceptación, y de felicidad. Que no te sorprenda entonces que te sientes devastado por la pérdida de esa relación. La gente que no entiende el vínculo entre la mascota y su dueño seguramente no comprenderá tu dolor. Todo lo que importa, sin embargo, es cómo te sientes tú. No permitas que otros dicten tus sentimientos. Éstos son válidos y pueden ser muy dolorosos. Pero recuerda, no estás solo. Miles de dueños de mascotas han pasado por lo mismo.
¿Qué debo esperar sentir?
Distintas personas experimentan el duelo en formas diferentes. Además de la tristeza y del sentimiento de pérdida, es posible que experimentes algunas de las siguientes emociones:
La culpa, puede ocurrir si te sientes responsable por la muerte de tu mascota. El síndrome de “si sólo hubiese sido más cuidadoso…” no tiene sentido y es a menudo un error el cargar con la culpa del accidente o de la enfermedad que tomó la vida de tu mascota. Sólo hace que tu duelo sea más difícil de resolver.
La negación hace que sea difícil aceptar que tu mascota realmente se ha ido. Es difícil imaginar que tu mascota ya no te vaya a recibir cuando llegas a casa, o que no tengas que servirle sus comidas. Algunos dueños de mascotas llevan esto al extremo de sentir que su mascota continúa viva y sufriendo en algún lugar. Para otros es muy difícil hacerse de una nueva mascota por miedo a no ser leal con su mascota anterior.
El enojo puede estar dirigido a la enfermedad que mató a tu mascota, al conductor que conducía a exceso de velocidad, al veterinario que falló al no salvar su vida. A veces es justificado, pero cuando se lleva al extremo, te distrae de la tarea importante, que es resolver tu duelo.
La depresión es una consecuencia natural del duelo, que puede dejarte sin fuerzas para enfrentar tus sentimientos. La depresión extrema te despoja de tu motivación y tu energía, haciendo que te refugies en tu tristeza.
¿Qué puedo hacer con mis sentimientos?
Lo más importante es que seas honesto sobre lo que sientes. No niegues tu pena, o tus sentimientos de enojo y de culpa. Sólo examinando y haciendo las paces con tus sentimientos podrás resolverlos.
Tienes el derecho de sentir dolor y tristeza. Alguien amado ha muerto, y te sientes solo y desconsolado. Tienes derecho también a sentirte enojado o culpable.
Reconoce cuáles son tus sentimientos, y luego pregúntate cuáles son las circunstancias que los justifiquen.
Ignorar la pena no hará que se vaya. Exprésala. Llora, grita, golpea el piso, háblalo. Haz lo que más te ayude. No trates de evitar la pena no hablando sobre tu mascota; en su lugar, recuerda los buenos tiempos. Esto te ayudará a entender realmente lo que la pérdida de tu mascota significa para ti.
Algunos encuentran beneficioso el expresar sus sentimientos y memorias en forma de poemas, historias, o cartas a la mascota. Otras estrategias incluyen el modificar tu rutina de manera de llenar los huecos de tiempo en los que habrías estado pasando tiempo con tu mascota, preparando un homenaje como por ejemplo un collage de fotos, o simplemente hablando con otros sobre tu pérdida.
¿Con quién hablar?
Si tu familia o amigos aman a las mascotas, ellos entenderán por lo que estás pasando. No escondas tus sentimientos en un esfuerzo de parecer fuerte y tranquilo. Compartir tus sentimientos con otra persona es una de las mejores maneras de ponerlos en perspectiva, y de encontrar formas de manejarlos. Encuentra alguien con quien puedas hablar de cuánto significó para ti tu mascota, y de cuánto la extrañas, alguien con quien te sientas cómodo llorando o compartiendo tu pena. Si no tienes familiares o amigos quienes comprendan, o si necesitas más ayudas, pregunta a tu veterinario o a una sociedad protectora que te recomienden un grupo de apoyo o un terapeuta. Consulta con tu iglesia o en un hospital sobre terapias de apoyo para el duelo. Recuerda, tu pena es genuina y verdadera, y merece apoyo.
¿Cuándo es el mejor momento para la eutanasia de mi mascota?
Tu veterinario es el mejor juez de la condición física de tu mascota. Sin embargo, tú eres el mejor juez en cuanto a la calidad de vida de tu mascota. Si tu mascota tiene buen apetito, responde a la atención, busca la compañía de su dueño, y participa en juegos o en la vida familiar, muchos dueños sienten que no es el momento. Sin embargo, si la mascota está con dolores constantes, sufriendo tratamientos difíciles y estresantes que no son de gran ayuda, no responde al afecto, no está consciente de lo que lo rodea, y no está interesado en la vida, un dueño responsable probablemente elegirá el terminar con el sufrimiento de su querido compañero.
Evalúa honestamente y sin egoísmos su salud con el veterinario. Prolongar el sufrimiento de tu mascota para prevenir tu sufrimiento no ayuda a ninguno de los dos. No existe nada que haga que esta decisión sea fácil o indolora, pero considérala como el último acto de amor que puedes realizar por tu mascota.
Fuente: Psicología de andar por casa