El océano no solo es una masa de agua, el océano son los mares, los glaciares, las nubes, el aire, y se encuentra también en cada molécula de todas las plantas y animales que habitamos este planeta. El océano literalmente fluye dentro de nosotros.
Pero los océanos están bajo la constante amenaza de la sobreexplotación. Esto se debe principalmente al hecho de que no existen leyes o regulaciones internacionales para evitar que esto suceda. Como resultado, muchos países son libres de explotar los recursos del océano como mejor les parezca. Esto ha llevado a una importante disminución de la salud de los océanos del mundo, así como de las criaturas que los habitan. La sobreexplotación es un problema importante que debe abordarse para proteger los océanos del mundo.
Otro de los mayores problemas es la contaminación de los océanos. Esto puede provenir de muchas fuentes, incluidos derrames de petróleo, aguas residuales y productos químicos tóxicos de las fábricas. Esta contaminación puede tener un efecto devastador en la vida silvestre del océano y también puede hacer que el océano sea inseguro para los humanos. Necesitamos tomar medidas para proteger el océano, y eso comienza con la reducción de nuestra contaminación.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, la contaminación de los océanos ha aumentado en las últimas décadas. En 2021, informan que la contaminación de los océanos sigue siendo un problema importante, siendo la contaminación plástica uno de los problemas más apremiantes. Estiman que actualmente hay 5,25 billones de piezas de desechos plásticos en el océano, y que este número solo está aumentando. También informan que los microplásticos, que son pequeños trozos de plástico que pueden ser dañinos para la vida marina, están presentes en casi todos los ecosistemas marinos.
La acidificación del océano es otra gran preocupante, se trata del proceso por el cual el océano absorbe el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera, lo que hace que el agua se vuelva más ácida. A medida que el océano se vuelve más ácido, se vuelve más difícil que prospere la vida marina. Las conchas de las criaturas marinas son particularmente vulnerables a los efectos de la acidificación del océano, ya que la acidez del agua hace que se disuelvan. Esto puede tener impactos devastadores en la cadena alimenticia, ya que las criaturas que dependen de los mariscos para alimentarse ya no podrán encontrar suficiente para comer. Además, la acidificación de los océanos también puede dañar los arrecifes de coral, ya que la acidez del agua hace que el coral igualmente se disuelva. Esto puede tener efectos devastadores en el ecosistema marino, ya que los arrecifes de coral albergan una gran variedad de vida marina.
Si bien hay muchas maneras de ayudar a reducir la contaminación y degradación del océano, algunas alternativas incluyen:
-Educar a otros sobre la importancia de mantener limpios nuestros océanos
-Apoyando a las organizaciones que están trabajando para reducir la contaminación del océano
-Reducir o eliminar tu consumo de pescados y mariscos
-Reducir o eliminar tu propio consumo de plásticos de un solo uso y otros artículos que pueden terminar en el océano
-Reducir tus emisiones de Co2 adoptando una dieta vegetariana, optimizando el uso de vehículos automotores y reciclando tu basura
-Recoger basura cuando la veas en la playa o en el agua y reciclarla adecuadamente
-Participar en acciones políticas que deriven en la adopción de tecnologías limpias en tu localidad
-Animar a otros a hacer lo mismo