Río Santiago, una catástrofe ambiental según el Informe del Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos de la ONU

admin Conservación y Medio Ambiente

La imagen del río Santiago cubierto de espuma y el fuerte hedor de los gases y otros olores que se dispersan al caer el agua por la cascada de El Salto de Juanacatlán, causaron una gran impresión a los miembros del Grupo de Trabajo en su visita al río Santiago en el estado de Jalisco, denominando a este caso como una catástrofe ambiental.

El río Santiago, en Jalisco, el más contaminado de México recibe descargas de más de 300 industrias del corredor industrial Ocotlán-El Salto, uno de los corredores industriales más importantes del país. Los principales giros de las industrias asentadas en el corredor son metal mecánica, metalurgia, química-farmacéutica, electrónica, automotriz, alimentos y bebidas. El río también recibe descargas de aguas residuales domesticas de la parte sur de Área Metropolitana de Guadalajara. Estudios oficiales confirman las descargas toxicas en el río Santiago provenientes de empresas como Nestlé (Suiza-Alimentos y Bebidas), Sachs (Alemana-Automotriz), Hutsman (EU-Química), Genpro (Mexicana-Porcicola), Virbac (Francesa-Salud Animal), Kao (Japonesa –Química), Grupo Celanese (EU-química), Urrea (Mexicana-Metal Mecánica), entre otras.

Un estudio realizado por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) encontró en el río un total de 1.090 sustancias tóxicas, productos químicos y metales, de procedencia principalmente industrial. Después de décadas de rezago y de la exigencia de un saneamiento integral de parte de  las poblaciones afectadas, las autoridades mexicanas anunciaron la “solución total” para este problema a través de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) El Ahogado, qué solo trata las descargas de aguas residuales domésticas y no las aguas industriales.

Las afectaciones a la salud provocadas por la contaminación del río Santiago son alarmantes. De acuerdo con información recabada por la misma población afectada entre 2008 y 2014 se han registrado 506 muertes y 1,593 personas enfermas de cáncer e insuficiencia renal. El Grupo de Trabajo señaló que a pesar de la evidente exposición a una contaminación industrial peligrosa, son las víctimas las que han de demostrar que su salud está siendo afectada.

Las autoridades de Jalisco argumentaron al Grupo de Trabajo que era competencia de las autoridades federales y municipales supervisar el cumplimiento de las normas ambientales.

En su informe el Grupo de Trabajo recomendó al Estado mexicano reforzar la supervisión y la evaluación de los efectos ambientales y sociales para evitar o mitigar las consecuencias negativas de las actividades empresariales en los derechos humanos. Describe la limitada capacidad de las autoridades competentes para llevar a cabo inspecciones con objeto de controlar la contaminación ambiental causada por la actividad empresarial. Señalando que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) debe inspeccionar a 200, 000 empresas y solo cuenta con 300 inspectores en todo el país, además de que las inspecciones a las industrias se anuncia 24 horas antes, lo que podría dar tiempo a limpiar antes de la inspección.

¿Porque no se ha cumplido la regulación ambiental en el caso?

En el río Santiago las industrias son intocables y están protegidas por las autoridades, no existen sistemas de saneamiento de las aguas industriales, ni mecanismos para controlar y prevenir la contaminación del agua. Las normas ambientales son obsoletas, los límites máximos permitidos de descarga son muy bajos, por ejemplo la NOM-001 solo regula 9 metales pesados. Las industrias tiran lo que les da la gana, en las proporciones que les da la gana, es decir, no existe regulación ambiental y las poblaciones viven en una situación de alto riesgo donde el derecho a la vida está en juego.

María González Valencia, Instituto Mexicano Para el Desarrollo Comunitario (IMDEC)
https://www.business-humanrights.org/