En enero de 2012, en Europa entrará en vigor la prohibición de la cría de gallinas ponedoras en batería. En Alemania, esta práctica está prohibida desde el año 2010. Sin embargo, en lugar de adoptar métodos más higiénicos y compasivos con los animales, los grandes productores de huevos deciden exportar sus técnicas a aquellos países donde la prohibición no está en vigor, como la República Checa y Polonia, e importar los huevos resultantes. Lo mismo ocurre con los fabricantes, como Balsen o Kraft, que siguen utilizando para la preparación de sus alimentos elaborados huevos provenientes de la cría de gallinas en batería.
El 12 de abril de 2011, poco antes de Semana Santa y con todos los escaparates de los comercios repletos de huevos de pascua, en medio de una calle comercial de la ciudad alemana de Frankfurt aparecía misteriosamente una máquina automática de venta de huevos. Tras su cristal podían verse 16 gallinas enjauladas en un espacio similar al que ocupa una gallina ponedora en una granja industrial durante toda su vida.
La máquina, en cuyo expositor se podía leer “El 68% de las gallinas son tratadas como máquinas ponedoras de huevos”, formaba parte de una campaña de la organización defensora de los derechos de los animales NOAH. “¡Mira papá, gallinas de verdad!”, decían los niños al pasar delante de la máquina. De esta forma, el invento consiguió llamar la atención de gran cantidad de viandantes, que se acercaban a ver a las gallinas confinadas en tan estrecho espacio. “Lo mejor que podemos hacer es comprar huevos de gallinas que hayan sido criadas al aire libre”, afirma la organización, que advierte de la importancia de observar el sello identificativo de los huevos frescos en la cáscara, en el que la primera cifra indica la proveniencia de los mismos.
La organización alemana de protección de los derechos de los animales NOAH fue la creadora de una original campaña para informar a los consumidores sobre la procedencia de los huevos: con su máquina expendedora de huevos “Eggmachine” quiso durante unas horas llamar la atención de los viandantes de la ciudad de Frankfurt sobre las pésimas condiciones que sufren los animales cuyos huevos nos comemos.
Cabe mencionar que ninguna gallina fue maltratada en colocación de esta máquina de huevos, además que los animales estaban siendo supervisados por los miembros de NOAH para que las gallinas estén en buen estado. NOAH alienta a la gente a comprar sólo huevos producidos en granjas. Aquí el vídeo de la protesta: