“¡Oh, dioses! ¿Puede darse mayor delito que introducir entrañas en las propias entrañas, alimentar con avidez el cuerpo con otros cuerpos y conservar la vida dando muerte a un ser que, como nosotros, vive?” (Pitágoras)
El Veganismo.
Un vegano es alguien que no consume productos o subproductos de origen animal, o productos testados sobre animales. El término original inglés “vegan” fue ideado en Londres en 1944 por 7 vegetarianos que se unieron para crear la Vegan Society, que sigue activa en Inglaterra. Utilizaron la 3 primeras letras y las dos últimas de la palabra “vegetarian” para formar la palabra “vegan”.
El veganismo es una alternativa ética y sana al consumo y dependencia de los productos de origen animal -no adaptados a nuestras necesidades físicas y espirituales. El vegano rechaza en su dieta las carnes, los pescados, los lácteos, los huevos, la miel, y en general todos los productos derivados de los animales, incluyendo el cuero, las pieles o incluso la lana. Se puede afirmar que es el estilo de vida más sano y respetuoso con los animales y la Naturaleza.
Además de los múltiples beneficios personales derivados del rechazo de los alimentos o artículos de consumo obtenidos de la explotación cruel, injusta e innecesaria de los animales, la adopción del veganismo contribuye a paliar el hambre mundial, a proteger el medio ambiente y a mejorar la calidad de vida de todo el planeta, creando las condiciones idóneas para una convivencia social basada en la no violencia.
¿Por qué vegano?
Nunca hay una única razón por la que alguien se hace vegano. A menudo un suceso o argumento particular persuade a alguien a adoptar un estilo de vida vegano – pero las razones son tan diversas como las personas en sí mismas. En general, el primer contacto con estos argumentos suele llevar a pensar más profundamente sobre todas las implicaciones de nuestro estilo de vida.
Entre las muchas razones para hacerse vegano, las más comunes suelen ser tres.
Una es la preocupación por los animales. Muchas personas se hacen vegetarianas porque no desean tener que matar animales para obtener alimento. Sin embargo, en la sociedad actual, debido a las condiciones tan inhumanas en que son criados estos animales, la obtención de otros productos distintos de la carne sigue siendo cruel y despiadada. Mucha gente se hace vegana y evitan por completo todo producto de origen animal.
La segunda razón es la salud. Actualmente está demostrado que el consumo de productos cárnicos y lácteos tiene efectos desastrosos para la salud humana. Finalmente, existen preocupaciones ambientales. Un estudio reciente concluyó que la segunda mayor fuente de contaminación, después de los carburantes, es la industria cárnica.
Los derechos animales
Paralelamente a los “derechos humanos”, son con diferencia la motivación más destacada para rechazar los productos de origen animal. Los “derechos animales” es un término popular empleado para describir a quienes han trascendido una postura del “bienestar animal” (la reducción del sufrimiento más que la abolición de la causa original) hacia una filosofía que, tanto como sea posible en la práctica, busca permitir a los animales que sigan los dictados de la naturaleza libres de la interferencia humana.
Todos las especies animales (incluyendo la humana) comparten características similares – tales como la capacidad de sentir dolor, miedo y hambre. La humanidad practica el especismo – esto es, la discriminación contra los animales simplemente por no ser de nuestra misma especie. El especismo, como el racismo, es irracional y está perpetuado por la ignorancia y ciertas sutiles coacciones.
La humanidad sigue permitiendo el uso de millones de animales para la alimentación (carnes, pescados, aves, leche, huevos, miel y todos sus derivados), para la ciencia (investigación médica; experimentación de medicamentos, productos de limpieza y cosméticos, artículos para el hogar, para la agricultura, etc.; clonación, xenotrasplantes), para vestir (cuero, lana, seda); y para la diversión (incluyendo mascotas, caza y pesca, carreras de caballos y perros, acuarios, circos, zoos y parques safari). Los animales no son más que meros artículos de consumo – sacrificados y explotados en nombre de las ganancias, la avaricia, el “progreso” y el “entretenimiento”. Diversas generaciones de veganos han mostrado que es posible vivir saludablemente sin recurrir a los corrompidos “frutos” del uso y abuso de los animales.
Aunque generalmente se suele entender la postura vegetariana respecto a la dieta, la vegana suele ser más difícil de aceptar. Podríamos plantear la siguiente reflexión: supongamos que todo el mundo fuese vegetariano, y no hubiera que criar ganado para la alimentación. ¿Estaría justificado sacrificar animales para la producción de, por ejemplo, cuero? El cuero se emplea para la fabricación de calzado, prendas de vestir y todo tipo de complementos, y suele verse como algo “natural” y “tradicional”. Por ello el veganismo es una postura más comprometida que rechaza todo tipo de explotación animal. En el mundo actual, en el que las técnicas productivas han evolucionado hasta el extremo de poder ofrecernos productos alternativos a aquéllos de origen animal, debemos esforzarnos por evitar estos últimos. La elección está siempre en nuestra mano.
Ponerlo en práctica
Aunque a primera vista la dieta vegana pueda parecer muy limitada, en la práctica no es así. Además de las frutas frescas y los vegetales, un régimen vegano puede incluir una gran variedad de platos preparados a base de cereales, pastas alimenticias, pan, patatas, legumbres (judías, garbanzos, lentejas, guisantes, etc.), arroz, semillas y frutos oleaginosos, germinados de legumbres y semillas, frutos secos y sus cremas (de almendras, cacahuetes, anacardos, etc.); leche de soja, tofu, tempeh o análogos, a base de proteína vegetal texturizada. Todos estos alimentos aportan los elementos necesarios para satisfacer los paladares más exigentes y cubrir ampliamente todas nuestras necesidades nutritivas.
Practicar el veganismo no es difícil. Muchos platos tradicionales pueden prepararse con sus equivalentes veganos. En general los productos lácteos animales pueden ser sustituidos por los derivados de la soja. Tampoco es difícil encontrar calzado, cinturones y otros accesorios que no estén fabricados con cuero. Ya existen productos de cosmética y cuidado personal (jabón, champú, dentífrico, etc.) de origen vegetal y que no están probados sobre animales.
Tus acciones cotidianas afectan a todos los habitantes de la Tierra. Aprendiendo a consumir sólo lo que necesitas, puedes, como dice el refrán: “Vivir simplemente para que los otros puedan simplemente vivir”.
David Román
Fuente: haztevegetariano.com