La historia de por qué nace el movimiento del día mundial sin carne…
El Día Mundial Sin Carne (Meat Out Day según su nombre original en inglés) ha crecido explosivamente desde su primera celebración en 1985, y es la campaña más grande del mundo para educar a las personas en las bondades de una dieta basada en los vegetales, sin ingredientes de origen animales.
El Dia Sin Carne es un evento internacional promovido por FARM (Farm Animal Reform Movement), cuyo objetivo es ayudar a las personas a involucrarse en una dieta libre de crueldad y sin violencia, expondiendo al público las bondades y beneficios de una dieta basada en vegetales, mientras se promueven alternativas a la carne y los lácteos.
Desde 1985, miles de personas de Estados Unidos y de muchos otros países del mundo se vuelcan cada año a las calles para promocionar lo bueno de una dieta que prescinde de los productos animales. Diversas organizaciones de promoción de la salud, como la Sociedad Americana del Cáncer, el Instituto Nacional del Cáncer (EE.UU), la Universidad John Hopkins y la Asociación Americana del Corazón tienen sus propias campañas para promover el consumo de una dieta basada en vegetales.
PARA REDUCIR TU CONSUMO DE GRASA
Evitar la carne y los lácteos es una de las más simples y mejores maneras de reducir tu consumo de grasa. Los animales de granja son deliberadamente engordados para aumentar las ganancias de la empresa. Comer carne y lácteos incrementa tu ingesta de grasa, y con ello, los riesgos a la salud asociados a su consumo. Ten en cuenta que la mantequilla es un 100% grasa, el queso cheddar contiene un 74% de grasa, la leche entera un 50% de grasa y las descremadas, entre un 20 a un 30% de grasa. El Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM) nos enseñan que: “Los alimentos con un alto contenido de proteínas, particularmente los productos de origen animal, generalmente presentan también un alto contenido de grasas. Incluso los cortes de carne “magros” tienen mucha más grasa que la que necesita un cuerpo saludable. Y ningún producto de origen animal tiene fibra. La grasa de las comidas se convierte fácilmente en gr asa corporal. Sólo 3% de las calorías de las grasas se queman en el proceso de conversión y almacenamiento. Las grasas son el tipo de alimento que tiene mayor efecto sobre las grasas corporales. Fuente: PCRM
PARA EVITAR LA MATANZA GLOBAL DE ANIMALES
Como nos informa Compassion in World Farming: “La matanza de animales se refiere a la matanza de animales “criados para consumo humano”, incluyendo las “matanzas de emergencia” y la matanza de los animales “excedentes”. Para el consumo industrial, la matanza se lleva a cabo en mataderos especializados en aniquilar grandes cantidades de animales por día (un matadero de pollos de alto rendimiento mata a más de 9.000 aves por hora). En entornos menos comerciales, los animales son matados en la misma granja o en mataderos más pequeños. En 2007, más de 54 millones de pollos y cerca de 2,5 millones de mamíferos (cerdos, cabras, ovejas, vacas, terneros) fueron matados para consumo humano en todo el mundo. Estas cifras no consideran los animales matados como excedente (los pollos de sexo masculino en la industria de los huevos, y los terneros en la industria lechera), ni los animales matados por “emergencia” a causa de brotes infecc iosos o enfermedades (cientos de miles de aves fueron muertas en 2007 por la gripe aviar, y sólo en Gran Bretaña se mataron 2 millones de vacas tras el brote de la enfermedad de las “vacas locas”).”
PARA EVITAR LA MAYORIA DE LAS INFECCIONES Y ENFERMEDADES ALIMENTARIAS
Las infecciones alimentarias son muy comunes. La Org. Mundial de la Salud (OMS) señala que son generalizadas y representan un problema de salud pública creciente, tanto en países pobres como desarrollados. Millones de personas cada año enferman por causa de bacterias consumidas en los alimentos: salmonellosis y campilobacteriosis que causan fiebre, diarrea, dolor abdominal, malestares y náuseas. También la brucelosis, la E-coli, tenias, toxoplasmosis, triquinosis, o enfermedades mortales para los humanos como la Encefalopatía Espongiforme Bovina (o enfermedad de las “vacas locas”). La incidencia global es difícil de estimar, pero en países industrializados el porcentaje de población que sufre infecciones alimentarias por año es de aprox. un 30%. La industrialización de los mataderos y el ritmo frenético de la matanza y el despiece de los animales -para cumplir con la productividad deseada- provoca preocupantes prácticas, como accidentales contactos de los músculos despiezados con el contenido estomacal o estiércol de un animal portador de bacterias o virus. Un estudio nacional publicado por el Min. de Agricultura de EE.UU en 1996 reveló que el 7,5% de las muestras de carne picada de vaca (para hamburguesas) recogidas en los mataderos estaban contaminados de Salmonella; el 11.7% de Listeria monocytogenes; el 30% de estafilococo áureo y el 53,3% de clostridium perfringens. “Nationwide Federal Plant Raw Ground Beef Microbiological Survey, August 1993-March 1004” USDA, Food Safety and Inspection Service, Science and Tec hnology, Microbiology Division, abril 1996. En Schlosser, E.: “Fast food nation: ¿quiere una ración de mentiras con su menú?”, Ed. Random House Mondadori, Barcelona, 2007, P. 264. Fuente: OMS
PORQUE LA CARNE NO TE APORTA NADA ESPECIAL
La carne no contiene absolutamente nada -proteínas, vitaminas ni minerales – que el cuerpo humano no pueda obtener perfectamente de una dieta vegetariana. Los amino-ácidos en las proteínas de nuestra dieta los usamos para hacer músculo y otras proteínas que nuestra cuerpo necesita. Una dieta variada en frijoles, lentejas, granos y vegetales contiene todos los aminoácidos esenciales. Alguna vez se pensó que varios alimentos de origen vegetal debían ingerirse combinados para obtener el valor proteico total, pero investigaciones de actualidad sugieren que no es así. Varias autoridades nutricionales, incluyendo la Asociación Dietética Americana, creen que se pueden satisfacer los requerimientos proteínicos fácilmente, consumiendo una gran variedad de fuentes de aminoácidos a lo largo del día. Para obtener los mejores beneficios de las proteínas que se consumen, es importante ingerir suficientes calorías para satisfacer sus necesidades de energía. El ejercicio y una dieta moderada en proteínas ayudarán a proteger los huesos. Las personas que ingieren dietas basadas en vegetales y llevan un estilo de vida activo probablemente tienen un menor requerimiento de calcio. No obstante, es importante ingerir alimentos ricos en calcio todos los días. También es importante saber que mantener los huesos fuertes depende más del prevenir la pérdida de calcio que de aumentar su ingesta. Algunas culturas no consumen o consumen pocos productos lácteos e ingieren típicamente menos de 500 miligramos de calcio por día. Sin embargo, estas personas por lo general tienen un bajo índice de osteoporosis. Muchos científicos piensan que el ejercicio y otros factores tienen más que ver con la osteoporosis que la ingesta de calcio. Fuente: PCRM
PORQUE MILLONES DE VACAS COMEN MEJOR QUE MILLONES DE NIÑAS, NIÑOS, MUJERES Y HOMBRES
La solidaridad también es un buen motivo: de acuerdo al informe 2009 “Perspectivas de Cosechas y Situación Alimentaria” de la Org. de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), África y Asia albergan 817 millones de personas en estado de “inseguridad alimentaria”, es decir, personas que ingieren tan sólo la cantidad mínima de nutrientes para mantenerse con vida. Cada noche, cuando se acuestan, no tienen la certeza de que tendrán comida suficiente al día siguiente. Un 38% de los países africanos y un 21% de los asiáticos necesitan asistencia exterior para recibir alimentos, ya sea por déficit de producción, malas cosechas, catástrofes naturales, problemas de organización internos, etc. Estos países son productores de cereales que alimentarán los estómagos de los animales que se comerán en el primer mundo.
PORQUE LA CARNE NO ES UN ALIMENTO DE CALIDAD
muchas veces la “carne” puede incluir la cola, cabeza, pies, el recto o la médula espinal de los animales que matan. Muchos subproductos animales están presentes incluso en productos que ni remotamente imaginarías que tienen trozos de animal. La gelatina, por ejemplo, es una forma hidrolizada de colágeno animal. Este colágeno se extrae de una mezcla de piel sin curtir, cartílagos, huesos, orina, orejas, etc. La morcilla es una mezcla de sangre, grasa y especias envuelta en intestinos; y muchas veces el “paté” se elabora con descartes de vísceras y trozos sobrantes de carnes y subproductos de todo tipo de animales, que se rellena de harina y conservantes. Fuente: Herbert Gareis; Reinhard Schrieber (2007). Gelatine Handbook: Theory and Industrial Practice. Weinheim: Wiley-VCH. ISBN 3-527-31548-9; Jaine, T. and Davidson, A. (2006). The Oxford companion to food, OUP. ISBN 0-19-280681-5
PORQUE LOS HUEVOS TAMBIEN SON CARNE
Porque los huevos no son tan inocentes como parecen: cada día, decenas de miles de pollitos macho de un día de edad mueren porque no serán capaces de poner huevos. No existen leyes que regulen cómo deshacerse de estos inocentes “despojos” de la industria del huevo, por lo que los pollitos son aplastados, asfixiados o echados vivos a los cubos de basura. Cuando son incinerados, sus cenizas se usan como aditivo para alimentación animal. Otros terminan convertidos en paté, molidos cuando aún están vivos. ¿Continuarás financiando esta tortura? Fuente: Mercy For Animals
PARA DETENER LA TORTURA DE SERES SENSIBLES Y SINTIENTES
Los animales asesinados en los mataderos mueren solos, maltratados, aterrorizados, en la tristeza y el dolor. Desde que nacen en la granja industrial, hasta que alcanzan el tamaño-peso adecuado para ser convertidos en carne (de 36 a 45 días para los pollos, 6 a 8 meses para los terneros y cerdos, 12-18 meses para las gallinas “ponedoras”, 18-25 meses para las vacas “lecheras”) los animales viven confinados, casi inmóviles, rociados con antibióticos, alimentados con hormonas, son mutilados para evitar que se hieran producto del hacinamiento, etc. En este proceso y en estas condiciones, los animales viven en gran sufrimiento físico y estrés psicológico, sin ver la luz del sol y apenas comportándose de acuerdo a lo que dicta su naturaleza. Los animales, como los humanos, sienten dolor, son seres sociales, sienten afecto y establecen relaciones amistosas. Las condiciones de explotación, hacinamiento, transporte y sacrificio de los animales hoy, los consideran sólo como cosas rentables.
PARA PERDER PESO
Para lucir sano, radiante y esbelto: es más fácil bajar de peso y mantenerse en el peso adecuado si llevas una dieta vegetariana. Tal como nos recomienda el Comité de Médicos para la Medicina Responsable (PCRM): “cuando te alimentas en base a vegetales, frutas, granos enteros y frijoles, perder peso es muy fácil. Y con ello se obtiene una mejoría importante en los niveles de colesterol, presión arterial , azúcar en la sangre y muchos otros aspectos importantes para la salud. Hay que seguir unas pautas simples: eliminar los alimentos con alto contenido de grasa, y aumentar el consumo de fibra. El ejercicio físico también ayuda. Los ejercicios aeróbicos aceleran la descomposición de la grasa y aseguran que no se pierda masa muscular. Los ejercicios anaeróbicos de tonificación y el levantamiento de pesas ayudan a endurecer los músculos y a incrementar la masa muscular. El reto es encontrar actividades divertidas y adaptables a cada estilo de vida.”. Fuente: PCRM
POR EL MEDIO AMBIENTE
La ganadería genera más emisiones de dióxido de carbono que la industria del transporte. El reporte de la FAO “Livestock Long Shadow” del año 2006 señala además que la ganadería no sólo contamina el aire, sino también la tierra y los depósitos de agua subterránea. El sector ganadero produce un 9% del CO2 derivado de las actividades humanas, pero además genera un porcentaje mucho mayor de otros gases de efecto invernadero: 65% de óxido nitroso, un 37% de toda la producción de gas metano, y un 64% de amoniaco, que contribuye a la acidificación de la lluvia. Todos estos gases son producto del estiércol, los desechos y los gases intestinales de los animales. Con la mayor prosperidad y la asunción de valores occidentales en todo el mundo, las personas consumen más carne y más lácteo s que nunca en la historia: la producción mundial de carne se estima en unos 229 millones de toneladas. De seguir el ritmo de consumo actual, esta cifra se verá duplicada a 465 millones de toneladas en 2050, mientras que los lácteos subirán desde los 580 a las 1043 millones de toneladas en el mismo lapso.
POR EL AGUA
La escasez mundial de agua dulce está siendo agravada por la cría de animales. Y los productores de carne son los mayores contaminadores de agua, pues contribuyen a la polución, degeneración y eutrofización** de los cursos de agua. Los mayores agentes contaminantes del agua son los desechos animales (estiércol y orines), antibióticos y hormonas, los químicos para el teñido y curtido de los cueros, y los fertilizantes y pesticidas usados para pulverizar los campos de cereal y grano. El reporte de la FAO “Livestock Long Shadow” del año 2006 considera a la ganadería como la principal fuente de contaminación por fósforo y nitrógeno en en el mar del Sur de China, contribuyendo por tanto a la pérdida de biodiversidad en el ecosistema marino. Y es que las cantidad de agua que se requieren para producir carne y lácteos son alarmantes: 4.500 litros de agua para producir un corte de 300 gr. de carne de vaca; 1.170 litros de agua por la misma porción de pollo; 200 litros de agua para producir 1 huevo. Se necesitan también 1.000 litros de agua para producir 1 litro de leche, y 5.000 litros de agua para producir 1 kilo de queso. ¿Continuarás alimentando esta cadena de polución y egoísmo?
POR TU SALUD
Si consumes carne y lácteos, consumes las hormonas sintéticas con que se alimenta a los animales para hacerlos crecer y ganar peso rápidamente. En el caso de las vacas lecheras, las hormonas se usan para incrementar la producción de leche; y todo esto sólo aumenta la rentabilidad de la industria cárnica y láctea. Al comer carne y lácteos también consumes los antibióticos, pesticidas y otros químicos que se mezclan con la comida de los animales.