Alejandra Barrales: Ignoraste a la mayoría que pedía el fin de las corridas de toros

luisdelgado Stop Especismo

Nunca había estado tan cerca de un proceso político como esta vez. Dedicándome más bien a la sociedad civil, acostumbraba tratar con gente honesta que hace las cosas por convicción y con compromiso a creencias y valores claramente argumentados.

En esta ocasión tuve que verme inmiscuida en labores de cabildeo con algunos -los que nos dieron cita- diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y salvo unas honrosas excepciones a quienes quiero agradecer todo el apoyo en esta causa, me topé con una mayoría obediente a los intereses de sus partidos y temerosos de decir abiertamente su opinión. Otros, encubrían su fascinación por la tortura con el argumento de los empleos, pretextando ser representantes de la izquierda.

¿No les bastó ver en rueda de prensa, la propuesta de convertir la Plaza México en centro cultural y de espectáculos, generando el doble de empleos permanentes?

La Presidenta de la Comisión de Gobierno de la ALDF, Alejandra Barrales declaró el 18 de abril que “no es prioridad ese tema para que sea sometido al pleno, debido que hay otros que cuentan con el mayor consenso de las bancadas”. Barrales reconoció que existen diferentes opiniones, “no es unánime como otros (temas) que sí lo tienen, especialmente temas de género o infancia, éste no es el caso ( la prohibición de las corridas de toros en la Ciudad de México) pero no sería la primera vez que abordáramos un tema con diferencias”. ¿Entonces por qué no lo hizo?

Me pregunto, ¿para quién no es unánime? ¿no vió a los casi 10 mil capitalinos en la concentración del día 22 exigiendo la abolición de la tauromaquia? Yo creo que ella mira hacia donde le conviene y arrastró en su egoísmo a los diputados sin convicción que por no hacerla enojar no presionaron lo suficiente para que este tema fuera discutido. A ella qué le importan los animales o los ciudadanos, tiene muy seguro su puesto en el Senado, pase lo que pase.

Lo que no está calculando es el costo político en lo que a votos se refiere, que esto tendrá para su partido, en quienes millones habíamos puesto la esperanza por considerarlo democrático.

Quienes estuvimos afuera de la ALDF en la penúltima sesión pudimos ver la clase de gente que protestaba defendiendo la “cultura y el arte”. Trabajadores acarreados de la Plaza México, quienes ni siquiera están enterados de lo conveniente que les resultaría un empleo permanente una vez reconvertido el coso. Reventadores de corte de pelo militarizado que echaban agua, leche y lodo a los manifestantes antitaurinos. Decimonónicos personajes con boina, puro y rolex en la muñeca, toreros con carteles que ponían “Los toreros son los últimos héroes que nos quedan”, y uno que otro joven con camiseta estampada con el toro de Osborne. No olvidemos en la pasada manifestación a la “Porra del alcohol”, que gritaba “¡Toros sí y chupe también!”.

Al alejarme del recinto escuché a un sujeto con megáfono que decía: “Quieren quitarnos nuestra fiesta que es alegría y diversión. Ellos están resentidos y amargados, de nuestro lado, sólo hay sonrisas”. Cínismo, mejor dicho. El mismo de los diputados que negociaron con Herrerías, con el lobby taurino, el de la diputada Barrales que me respondió por twitter: “Quien no sabe escuchar, no sabe gobernar”.

Este proceso ha sido largo, llevamos más de 10 años tratando de abolir los espectáculos violentos con animales en nuestra ciudad y nunca antes habíamos estado tan cerca. Eso me llena de orgullo. Hoy no se ha logrado porque siguen pesando más los intereses económicos de un 7%,  representados por la élite económica y la televisora monopólica.

Quienes estamos en contra de las corridas de toros por considerarlas un espectáculo violento con los animales, encenderemos centenares de velas en el zócalo, en homenaje a los toros y caballos muertos en las plazas. Y para lamentar esta crónica de una vergüenza anunciada.

Fuente: blogs.eluniversal.com.mx
de Leonora Esquivel